lunes, 18 de octubre de 2010

Las redes sociales, el nuevo «teléfono» del siglo XXI

Un estudio dibuja cómo han cambiado nuestras vidas estos espacios cada vez más populares no sólo entre los jóvenes

Día 18/10/2010 - 12.49h
Un estudio de Universal McCann ha concluido que las redes sociales, que han llegado para quedarse, están cambiando la forma en la que la sociedad se comunica de la mima manera que hizo el teléfono. Hay quien considera, incluso, que pronto será tan necesario tener perfil en estos espacios como número.
La investigación se ha realizado en 54 mercados, entre los que se incluye España, y han sido entrevistados 37.600 usuarios activos de internet (Se conectan todos los días) de entre 16 y 54 años. Mediante las opiniones de estos internautas, la empresa ha trazado un dibujo de diferentes tendencias mediante visuales gráficos que indican qué consumen los internautas en las redes sociales. Una de las primeras tendencias que llama la atención del estudio es que todas las actividades que realizan los internautas han aumentado su penetración: leer, crear o comentar blogs, subir fotografías, ver vídeos online, crear, gestionar y visitar perfiles y páginas de otros en redes sociales.
El estudio muestra cómo los gestores de contenidos en redes sociales han crecido un 10% en el último año y se producen 1.500 millones de visitas a redes sociales al día. Por eso pretende reflejar, entre otras cosas, «por qué las marcas necesitan estar conectadas con los consumidores en la red social».
Usos más frecuentes
Los principales usos que hacen los internautas activos de las redes sociales son, de forma abrumadora, permanecer en contacto con sus amigos o conocer gente nueva. Sentirse integrados, expresarse a sí mismo, ocupar el tiempo, intercambiar opiniones, hacer contactos laborales y sencillamente entretenerse continúan la lista.
En todas y cada una de estas actividades, los internautas prefieren las redes sociales a otros medios online con una única excepción: «Entretenerse y divertirse». En este caso aún se posicionan por delante los sitios de intercambio de vídeos, aunque con muy poca diferencia.
Ante este panorama, Universal McCann concluye que las redes sociales se han convertido en una «ubicua herramienta para la interacción social» y es un «error pensar que se trata de una actividad únicamente de jóvenes».
A pesar de que la penetración entre usuarios de entre 16 y 24 años aún es la más alta, es en el segmento de los 25 a los 34 años donde se ha observado el mayor aumento de uso, desde un 52% hasta un 70% de penetración en los últimos tres años. De forma global, la quinta oleada de UM sobre redes sociales asegura que tres cuartas partes de los usuarios activos de internet han creado un perfil en una red social. «Si la tendencia actual continua, los perfiles de redes sociales se convertirán en una parte fundamental de nuestras vidas como ya lo es el número de teléfono».
Mantener el contacto
Otra de las tendencias más llamativas del estudio es el número de personas con las que los usuarios mantienen el contacto según el medio. Las redes sociales en sólo dos años se han convertido en la forma con la que más gente nos mantenemos en contacto continuo (52 personas de forma habitual).
La segunda opción que con más gente nos permite mantenernos en contacto son los servicios de mensajería (entre 40 y 50 personas), seguidos del teléfono, los foros y el «cara a cara» (todos por debajo de las 40 personas).
Otras actividades que se han multiplicado mucho en los últimos meses son subir fotos y subir vídeos a las redes sociales. Mientras que hace dos años, aproximadamente un 25% subía fotos y un 10 vídeos, ahora más de un 60% sube instantáneas y aproximadamente un 30% carga vídeos.
Dada la cantidad de información personal que ahora vuelcan los internautas en las redes sociales, en los últimos dos años ha caído sorprendentemente la creación de blogs (desde un 45% aproximadamente hasta por debajo del 30%). Sin embargo, escribir un blog propio dentro de una red social ha aumentado desde un 10-15% hasta un 30-35%.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Google Recargado


Aunque hace ya varias semanas, los usuarios regulares de este motor de búsqueda habíamos advertido la mejora, este miércoles el gigante corporativo anunció oficialmente su puesta en funcionamiento de Google Instant. Se trata de un mecanismo similar al de escritura inteligente, donde el usuario recibe varias alternativas en su búsqueda previas a dar click en "buscar".

En la gráfica apreciamos un ejemplo de ello, cuando buscamos "principios y valores" y antes de que la búsqueda se inicie formalmente, ya Google nos brinda algunas alternativas para escoger la que más se acomode.

Esta búsqueda predictiva nos ayuda a ahorrar tiempo, al igual que a los servidores de la corporación, lo que significa la posibilidad de optimizar la atención a los usuarios de todo el mundo.

Aparte de la función predictiva, esta herramienta permite que se seleccione el término más exacto para la pesquisa que estemos haciendo.

El razonamiento googliano es que sus clientes leen más rápido de lo que escriben. Además, en muchos casos el usuario no experto no tiene claridad de lo que está buscando y más que una búsqueda masiva, lo ideal es que sea refinada lo más posible.

Este ahorro de tiempo se estima entre 2 y 5 segundos, ya que antes los usuarios demoraban hasta 30 segundos haciendo una consulta. Si, de todas maneras, el cybernauta no se siente cómodo con este recurso, siempre tendrá la opción de inhabilitarlo.

Google Instant funciona en la mayoría de los navegadores conocidos y no ralentiza la conexión a internet, aunque en las de menor rapidez esta función automáticamente se desactiva para facilitar el tráfico.

Aunque no existe versión para dispositivos móviles, el gigante anuncia que se encuentra trabajando sobre el tema.

TWEEPML: gestión del conocimiento mediante Twitter

Tal vez una de las ventajas que tenga Twitter sobre Facebook es que básicamente se comparten opiniones y enlaces sobre temas particulares en la primera, mientras que la segunda es màs social, abierto y da para todo. Particularmente temas como "galletitas de la fortuna" y otras aplicaciones son de uso recurrente por muchos de los agregados banales que tenemos dentro de nuestra red, lo que no es más que "información basura".

Sin embargo, en Twitter uno puede seguir a sus líderes de opinión, académicos, movimientos y demás personajes que contribuyen con sus post a generar encuentros y desencuentros que abren un foro mucho más rico que en la del Face.

Es por ello que me parece bienvenida esta nueva herramienta, en la que podemos compartir personas o entidades de grupos de interés temático lo más afines a nosotros y con ello, a partir de la interacción cognitiva entre pares-dispares aparejados gracias a la democracia de la Red, enriquecer nuestros puntos de vista mediante un aprendizaje informal en línea.




domingo, 27 de junio de 2010

Alguien nos mira

Por Silvia Camargo*
REDES SOCIALESInternet ha creado una fascinación por ver y mostrar, y con las redes sociales esta tendencia ha aumentado al punto de que el concepto de privacidad ya no es el mismo.
Domingo 27 Junio 2010 REVISTA SEMANA

No hace mucho tiempo, alguien curioso por tener datos acerca de aquel simpático compañero de trabajo en el tercer piso o de ese estudiante churro de la clase tenía que esperar a que algún amigo en común se lo presentara. Y casi había que contratar a un detective privado para seguir las andanzas de un ex novio. Asimismo, era difícil saber los amigos que una persona compartía con otra. Pero con la llegada de la Web 2.0 y sus redes sociales, la cosa cambió. La gente no solo organizó una página personal alrededor de sitios como Facebook, MySpace, Flickr y Friendster, donde incluían intereses, gustos y otros detalles de su vida personal, sino también tuvo la oportunidad de entablar relaciones con familiares, afectos del pasado, conocidos y también, con frecuencia, extraños.

Hacer amigos nunca fue más fácil. Pese a lo que decían expertos como el profesor Robin Dunbar, de la Universidad de Oxford, cuya teoría señala que el cerebro humano solo es capaz de sostener una relación interpersonal estable con apenas 150 personas, en sitios como Facebook, uno de los más populares en Colombia, aun el menos activo de los usuarios logra tener al menos 415 amigos en su cuenta. Se estima que 400 millones de personas en el mundo han llegado a tener la cifra récord de 5.000 amigos en esta red social.

La promesa de las redes sociales era difícil de rechazar: la oportunidad de nuevas amistades, ofertas de trabajo, romances, invitaciones a eventos, las últimas novedades de su vasto grupo, todo a cambio de exponer pedacitos de su vida privada. La gente aceptó ese contrato sin problemas. Parecía inocente que los amigos se conectaran, que los familiares separados geográficamente pudieran estar al tanto de sus parientes, que personas con gustos en común de diferentes razas y nacionalidades se juntaran y discutieran sobre esos temas.

Con el tiempo, empezó a llamar la atención esa aparente proclividad hacia revelar información personal que nivelaba en una misma categoría a conocidos y desconocidos. Los familiares agradecían las generosas publicaciones en estos sitios pero, sin duda, había más gente mirando. Los peligros de esta sobreexposición en Internet se empezaron a ver: mujeres asesinadas por extraños que conocieron en estas redes, fraudes comerciales hechos a personas que divulgaron demasiado, robo de identidad, situaciones bochornosas en la oficina por mostrar fotos que nunca debieron ver los jefes. El caso de Nicolás Castro, el estudiante que creó el grupo contra Jerónimo Uribe, fue un ejemplo claro de que mucha gente todavía se comporta en la red de manera ingenua, como si decir cualquier cosa solo fuera a ser visto entre el círculo de sus más íntimos amigos y no por el mundo entero.

A esto se sumó otra manera de vulnerar la intimidad. Los dueños de estas compañías idearon la manera de hacer rentables estos sitios al proveer información sobre los usuarios para que terceros pudieran hacer publicidad personalizada y llegar a saber más de sus usuarios de lo que cada uno de ellos podría conocer sobre sí mismo.


Los riesgos de la pérdida de intimidad son reales. Hace poco, un estudio hecho por Ralph Gross y Alessandro Acquisti, de la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos, sorprendió al mostrar cómo se podía predecir el número de Seguridad Social, que se usa para autenticar las transacciones bancarias y las tarjetas de crédito en Estados Unidos, solo usando información publicada en diferentes fuentes, incluidas las redes sociales, y con datos tan inocentes como el día de nacimiento y la ciudad o el estado de residencia. Otro, igual de controversial, fue hecho por dos estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), quienes lograron, solo usando datos de Facebook, predecir si una persona era gay. “Puede ser miedoso”, dice Gloria Restrepo, una contadora que con solo información de un blog y una cuenta de Flickr pudo saber casi todo acerca de un potencial cliente.

Eso muestra que la idea de que la gente tiene opciones para controlar sus datos no es tan cierta y “la realidad es que nadie tiene control sobre su información”, dice Hal Abelson, profesor de MIT, pues la gente da información de muchas maneras. Si todos los amigos de Facebook son adultos mayores, la gente podrá saber que esa persona no es ningún jovencito, aunque no revele directamente su edad. Además, la privacidad en línea ya no es un simple asunto personal, sino de una red. De hecho, alguien puede no tener cuenta en una red social y aparecer en una publicación de fotos de amigos que sí la tienen. Al dejar esa información desperdigada en el ciberespacio, la gente va dejando piezas de un rompecabezas que cualquiera puede ir armando hasta completar un perfil, lo cual puede ser usado tanto para bien como para mal.

Todo esto ha desafiado el concepto de privacidad. Para Alessandro Acquisti, los seres humanos tienen dos fuerzas opuestas: el deseo de intimidad y el de revelar, lo cual no es una contradicción. Divulgar más o menos detalles depende del contexto. La paradoja en Internet es que si bien nadie le daría a un extraño sus datos personales, muchos no tendrían objeción en aceptar a extraños como amigos y compartir con ellos datos personales de manera libre y consentida. Según Acquisti, en Internet la gente sobreexpone su vida porque en su mente la información sobre quién conforma su audiencia es incompleta y “podemos no estar conscientes de que en ella hay extraños”, dijo a SEMANA. Otra razón es que la persona no sea consciente de que esto le puede traer problemas, o simplemente que el individuo piense que la gratificación momentánea de publicar es más valiosa que los posibles problemas que se presenten en el futuro al hacerlo.


Lo cierto es que la sociedad actual está ante un nuevo fenómeno, “el de compartir información personal con un vasto número de amigos y extraños al mismo tiempo, sin saber quién está en el otro lado digiriendo las fotos de nuestros seres queridos, los detalles de nuestros problemas de salud o la lista de nuestras comedias preferidas”, dice Hal Niedzviecki, autor del libro The Peep Diaries, en el que relata cómo la sociedad actual no solo adora mostrarse, sino también observar la vida de los demás. “Somos actores y ‘voyeurs’ por opción”, agrega Niedzviecki. Quien haya pasado una tarde mirando las fotos de amigos y de amigos de amigos en Facebook o haya usado Google para conocer más sobre alguien, sabe de lo que Niedzviecki está hablando.


Así, Internet y las redes sociales han creado una cultura de la vigilancia, de la chismografía y el fisgoneo, pero ahora no es a los famosos a los únicos que se les siguen los pasos, también a la gente del común. “Es entretenimiento que se deriva de mirar en las vidas reales de otros”, señala Niedzviecki.



Para el experto, aparentemente una de las características de esta nueva cultura voyerista y narcisista es no darle importancia a quien, además de familiares y amigos, está viendo la información publicada. Al fin y al cabo, todos saben que los están mirando y quieren seguir ese espectáculo que les permite mantener un halo de celebridad, aunque sea en frente a su pequeña audiencia. “Les estamos rogando que miren”, dice Niedzviecki. “De repente, todas las cosas privadas y sagradas, desde las ceremonias religiosas hasta la muerte, están para ser publicadas, observadas y consumidas”. Acquisti no cree que el concepto de privacidad haya cambiado, sino que hoy hay mecanismos tecnológicos muy rápidos para diseminar información y aún no estamos preparados para manejarlos. “Cuando la gente está frente a frente tiene herramientas intuitivas para saber si puede confiar en el otro. En Internet estamos más ciegos porque no tenemos esas herramientas”, dijo el experto a SEMANA. Por eso recomienda tener cautela y, antes de publicar algo en la red, invita a todos a pensar en la analogía del cheque en blanco, que nadie sabe cuándo se va a consignar. “Aquí es lo mismo –dice–. Uno no sabe cuándo algo que publicó será usado en su contra”.



*Editora de Vida Moderna

miércoles, 3 de febrero de 2010

Cómo hacer un podcast

Pasos para publicar en este formato que combina los contenidos de la radio con Internet

Un podcast es la mejor forma de distribuir contenidos radiofónicos por Internet. Mezcla la calidad de sonido de una grabación digital con la facilidad de distribución y el acceso a la carta de la Red. Para realizar un podcast no se necesita la infraestructura de una radio, igual que sucede en el caso de los textos y los blogs. Con un micrófono, un ordenador convencional y el software preciso, cualquier persona con ganas puede elaborar y distribuir sus propios podcast. En agosto de 2008 ya había en Internet casi 250.000 podcasts distintos, según datos de Feedburner.

  • Por BENYI ARREGOCÉS CARRERE
  • 6 de mayo de 2009

Grabar y editar los contenidos

- Imagen: Sergio Alvarez -

El primer paso para realizar un podcast se asemeja al comienzo de cualquier programa de radio convencional. Se debe pensar qué se quiere hacer y plasmarlo en un guión que recoja los principales contenidos. Normalmente, los guiones radiofónicos contienen indicaciones para que los técnicos y otras partes del equipo de producción conozcan cuando tienen que dar paso a música o llamar a algún invitado. Sin embargo, los podcast los hacen con frecuencia equipos pequeños.

El equipamiento mínimo consiste en un micrófono, unos auriculares y un programa para grabar el sonido

"Se simplifica el guión, ya que suelen ser las mismas personas las que graban y las que luego editan el programa. Por eso, en muchos podcasts el guión acostumbra a quedarse en una simple lista de temas para tratar", explica José Antonio Gelado, uno de los pioneros mundiales del podcast y principal impulsor de este fenómeno en español, que recientemente ha recibido elEuropean Podcast Award por Comunicando.

Gelado aconseja que, en caso de equipos más numerosos en que cada persona tenga una función definida, se realice un guión donde se reflejen las distintas grabaciones que se introducirán y los turnos de intervención. Así se logrará un ritmo de trabajo más ágil y se facilitará el posterior montaje.

Programas de grabación

Después de pensar los contenidos, se deben comenzar las grabaciones. Además del ordenador, el equipamiento mínimo consiste en un micrófono, unos auriculares que permitan registrar el sonido de la voz, sin que se acople en el caso de una hipotética reproducción a través de los altavoces del PC, y un programa para grabar el sonido.

El codificador Lame debe estar instalado en el sistema operativo para que pueda guardar los archivos en MP3

Aunque sirven incluso los que incorporan por defecto los sistemas operativos, resulta más conveniente para ganar tiempo registrar el sonido en una aplicación que soporte MP3.Audacity es una de las gratuitas y se encuentra disponible para Windows, Mac OS X y Linux. El codificador Lame debe estar instalado en el sistema operativo para que pueda guardar los archivos en MP3. Audacity rastrea en su busca y si lo encuentra no hay problema; si no está, se debe descargar desde este enlace. Los usuarios de Mac Os X pueden optar por Garage Band, que se incluye gratuitamente dentro de este sistema operativo, con mayores prestaciones que Audacity.

Hay otros programas, pero de pago. Por ejemplo, en Windows Adobe Audition, cuya licencia convencional se adquiere por 404,84 euros, o Nero Soudtrax, una aplicación que viene dentro de Nero 9, la popular suite de grabación de discos ópticos.

Como producir un podcast no requiere que se trabaje en directo, como sucede en las emisoras de radio, se puede grabar sin prisas. Por ejemplo, es posible presentar una canción y más tarde editar el audio de forma que se pegue o funda el comienzo del tema al final de la locución. Además de grabar, los programas citados pueden montar el sonido e incluyen diferentes efectos o ráfagas sonoras para evocar el ambiente que seleccione cada persona. En ellos, el sonido se representa en forma de ondas, que permiten apreciar de un vistazo los niveles y si hay un espacio de silencio que se pueda recortar.

La edición se puede realizar por corte (unir dos fragmentos sin que haya silencio entre ellos) o mediante fundido (mezclarlos bajando uno mientras se sube el otro), ya que estos programas trabajan con pistas separadas. Así, en una se puede insertar la locución y en otra un corte musical, por ejemplo. De esta manera se consigue imitar a las mesas de mezclas de la radio.

Como en la radio

Una de las desventajas de la grabación de podcast radica en que se trata de un proceso más largo que la radio en directo, por todo el trabajo de montaje posterior y debido a que no se tienen los medios ni el equipo de una radio. Sin embargo, algunos programas afrontan la grabación como si fuera en directo y obtener el contenido final para distribuirlo después, como Podproducer, disponible para Windows.

Esta aplicación recoge los sonidos del micrófono y de cualquiera de las entradas de la tarjeta de sonido y permite añadir hasta diez ráfagas o cortes sonoros en directo con sólo pulsar un botón. Si se pulsa el botón "Fade Out", la música automáticamente desciende su volumen para dejar paso a la voz u otro sonido. Además, presenta hasta diez reproductores preparados para entrar en la grabación, por ejemplo entrevistas previamente realizadas o canciones, y se pueden seleccionar fragmentos concretos dentro de cada uno de estos archivos.

El usuario selecciona la tasa de bits por segundo del MP3 final y si la grabación se efectuará en monofónico o en estéreo. Este software también genera un archivo RSS y puede subir el programa al servidor del usuario automáticamente con las notas de texto que considere apropiadas.